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Arquitectos: Arc Studi Arquitectura
- Área: 280 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Del Rio Bani
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa Les Barraques no es solo un nuevo edificio: es una declaración de principios en defensa del patrimonio territorial anónimo e intuitivo. Representa la recuperación de oficios artesanales, materiales tradicionales y una visión de la arquitectura como resultado de un proceso colaborativo en el que cada decisión se basa en una sinergia coherente—a un homenaje discreto a la arquitectura local.

La creación de la casa evoca el imaginario idílico de las cabañas de pescadores al pie de una cala solitaria, o la imagen casi desvanecida de las playas de la Costa Brava en Cataluña, con sus bóvedas y otros elementos de la arquitectura tradicional marinera. La sobriedad y funcionalidad de estos edificios son tomadas como virtudes, concebiendo un edificio que nace de su esencia para desarrollar su propuesta arquitectónica.

La estructura del edificio es la base de todos los espacios. Esta composición otorga igual importancia a todos ellos, democratizándolos. Hay una pérdida de jerarquía entre los espacios. Las pocas particiones no estructurales son elementos circunstanciales que no alcanzan el techo, fáciles de modificar o eliminar sin alterar la esencia del edificio, que reside en su estructura y no en su uso, que es efímero. Sin estas particiones, el edificio está vacío, flexible, con espacios configurados por la necesidad estructural misma, donde se almacenan las instalaciones y se organiza el espacio habitable en bloques de referencia. El edificio es fácilmente adaptable en el futuro a una amplia gama de usos, ofreciendo así una respuesta al mundo en constante cambio en el que vivimos.


La configuración de la casa es simple en su claridad estructural: cuatro bóvedas cubren los espacios principales, sostenidas por cajas de paredes gruesas y techos planos que contrarrestan las fuerzas de las bóvedas, que se utilizan para servicios como limpieza y almacenamiento. Las bóvedas tienen 5 metros de ancho y 9 metros de largo, dimensiones tradicionales que respetan las proporciones de las antiguas cabañas de pescadores de Calella de Palafrugell y, al mismo tiempo, se adaptan al terreno. Las cajas de servicio mantienen una proporción de la mitad respecto a las bóvedas. Estas actúan como elementos de regulación del edificio, principalmente a nivel climático.


Utilizar este edificio es parte de una experiencia que moviliza los sentidos. Un contraste rítmico de compresión y descompresión, de opacidad y transparencia, de extroversión e introversión es inherente a lo largo de todo el edificio a través del diálogo constante entre las bóvedas, abiertas al espacio exterior, y las cajas de pared revestidas de piedra nativa, cerradas sobre sí mismas. Los patios verdes están integrados de manera natural en el ecosistema del edificio, colaborando con el control climático natural y desinfectando el ambiente. La geometría, los materiales, la gran masa de los cerramientos y la configuración del complejo evocan íntimamente la idea de vivir en una "cueva".
